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APUNTES HACIA UNA ESTRATEGIA COMUNITARIA FRENTE A LA PANDEMIA EN EL PERÚ

Publicado: 2021-02-10

1. Entendiendo la comunidad no como una organización autorreferencial y de lógica corporativa, sino como una trama de cuerpos que articula prácticas colaborativas frente a necesidades y apuestas comunes, podemos identificar en medio de esta crisis pandémica el ejercicio de una política comunitaria en diversos territorios. Estas tramas se han concentrado en atender las necesidades básicas para la subsistencia en rubros como salud, alimentación, trabajo, comunicación y educación. Ejemplos de dichas tramas son los comandos de salud anticovid, ollas comunes, escuelas barriales, grupos culturales comunitarios, empresas "ángeles" del oxígeno, juntas de ahorro, plataformas virtuales de información y comunicación, entre otros. En una sociedad tan fragmentada e individualista como la nuestra, con índices tan bajos de asociatividad y confianza, la sola existencia de estas tramas comunitarias tienen una alta relevancia ante las urgencias del contexto actual, permitiendo ver procesos de intercambio de aprendizajes intergeneracionales, así como capacidad organizativa local.

2. Dentro del estado peruano del siglo XXI han brotado políticas con enfoque comunitario (sean normas, áreas, programas y servicios), como parte del espectro  de las "políticas sociales". Una de sus principales características es el método de intervención social centrado en el fomento del tejido social, el territorio y/o la disminución de brechas desde el enfoque de la inclusión social. Desde la implantación del neoliberalismo en los noventas las políticas sociales han generalizado una lógica de la focalización, donde el acceso a los servicios sociales se orienta a grupos de la población según su nivel de vulnerabilidad. Incluso las clásicas políticas sociales de cobertura universal (educación, salud, pensiones) se rigen primordialmente por esta lógica de focalización, abriendo campo a la privatización de las mismas. En ese marco, la lógica neoliberal de la focalización restringe el potencial de las políticas estatales comunitarias para el fomento del tejido social, la participación y el protagonismo de las organizaciones populares, convirtiéndolas en "servicios estatales para población vulnerable" donde la población aparece como "destinataria" de la intervención estatal. Algunos ejemplos desde el Poder Ejecutivo son Barrio Seguro, Centros de Salud Mental Comunitarios, Postas médicas, Programa Aurora, Puntos de Cultura, entre otras.

3. Si antes de la pandemia del COVID 19 era altamente complejo articular la evaluación, diseño e intervención de las políticas comunitarias, las que surgen de las propias comunidades y aquellas que administra el estado, en el contexto actual dicha tarea se volvió más difícil y a la vez más urgente. Los pasos que se han dado al respecto se han limitado a la distribución segmentada de funciones de los órganos estatales, quedando ausente un criterio de complementariedad en la intervención territorial. Los gobiernos locales, siendo instituciones centrales en dicha tarea, no han logrado impulsar dicha articulación. Más allá de casos particulares, lo que está faltando es una estrategia comunitaria que permita articular no solo los servicios estatales, sino las iniciativas concretas que las organizaciones populares está protagonizando en sus comunidades y territorios. Dicha estrategia puede complementarse con políticas sociales focalizadas, pero de ninguna manera puede confundirse con ellas ya que su objetivo y método buscan potenciar la acción organizada de la comunidad, sin obviarla ni suplantarla.

4. Quienes hemos trabajado en el estado sabemos que concretar una estrategia de este tipo es una tarea inmensa debido a las limitaciones estructurales (estado sin fibra institucional en territorios, enfoque de focalización arraigado y normado, débil capacidad asociativa en la sociedad). A ello se suma el sesgo neoliberal y colonial arraigado institucionalmente en el campo de las políticas sociales, impregnado en el diseño de las herramientas estatales de enfoque comunitario que deriva en la disminución del protagonismo y la transversalidad de la población a un rol  receptor de servicios estatales (en el mejor de los casos). Si bien es necesario contar con servicios focalizados, más aún en esta crisis, ello no debe suplantar la urgencia de una estrategia comunitaria que se proponga fortalecer las prácticas colaborativas que a nivel comunitario y territorial están dando respuesta a las necesidades que impone la pandemia, articulando a ello las intervenciones de los programas estatales con enfoque comunitario, en una planificación de corto, mediano y largo plazo.

5. Hay esperanza. Las fibras principales para una estrategia comunitaria ya están instaladas y en curso, tanto las prácticas colaborativas y territorializadas como los programas estatales con enfoque comunitario, aunque aún se encuentren fragmentadas y regidas bajo lógicas que disminuyen la energía social de lo comunitario (inclusión social y focalización). Desde donde nos corresponda, precisamos organizar, articular y fortalecer estratégicamente esa fibras rumbo hacia otra imaginación social y otra forma de hacer estado.



Escrito por

Guillermo Valdizán Guerrero

Precario aprendiz de brujo, celebrante, guamanpomista y a veces bellamarquino.


Publicado en

ALIASPERU

A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración (Oliverio Girondo).