Avanzada la pandemia y golpeando duramente la cuarentena, miles de familias provincianas residentes en Lima, y otras capitales de provincias, se vieron obligados a retornar desde las zonas urbanas a las zonas rurales de sus provincias de origen, donde mantenían vínculos familiares, amicales y algún terreno. Ante el incremento de la mortalidad de la pandemia, las dificultades de los gobiernos regionales para organizar los retornos y la desesperación por la falta de trabajo y el hambre, se desató el éxodo a pie por las carreteras. Quienes se quedaron en las zonas urbanas también "retornaron" a prácticas como la domesticación de animales y la creación de biohuertos para sobrevivir. Lo que retornaba no era un pensamiento abstracto ni idílico sobre la tradición o el mal llamado "pachamamismo", sino el retorno de memorias, conocimientos y prácticas para preservar la vida en su dimensión más esencial.

Casi un año después, la noticia limeña de la venta ilegal de un zorro andino llamado Run Run, al cual hicieron pasar por perro, y que una vez descubierto fue asediado por la ley y el poder mediático, viene despertando un inédito sentimiento de adhesión y complicidad ante un personaje que en su peripecia logra articular el vejamen capitalista de comerciar seres vivos, el testimonio de la discriminación capitalina y el espíritu aventurero de un carismático fugitivo que a su paso no ha escatimado en devorar cuyes y gallinas. Ya en manos de las fuerzas del orden, aún no es claro el destino de Run Run.

¿Acaso el camino de Run Run es el mismo camino incierto de las familias retornantes?, ¿de dónde vienen y hacia dónde van? Como decía la vieja arenga "del campo a la ciudad", pero hoy también "de la ciudad al campo". En otros países de Latinoamérica y Europa, el contexto del COVID 19 ha permitido afirmar programas estatales de repoblamiento rural y ordenamiento territorial, volviendo al debate público el problema de la tierra, de su propiedad y del vínculo afectivo y productivo que tenemos con ella. Aquí en Perú se está iniciando la "Segunda Reforma Agraria". Vemos cómo entre las incertidumbres, los pueblos encuentran en los vínculos esenciales un punto de afirmación, ensayando formas más saludables de producir y organizar la vida en común.

No es casualidad que en esta hora dramática donde nos definimos entre la vida y la muerte resurja con nitidez la metáfora arguediana del zorro de arriba y el zorro de abajo, que aludía a desbordado encuentro entre modernidad y tradición, particularmente en Chimbote, pero que ahora se asienta entre la crisis post pandemia y la crisis del régimen neoliberal que enfrenta la llegada de un gobierno de cambios. No es casual que Run Run dialogue con la imagen de los pueblos que se han sublevado en las urnas y las calles para soplar en otra dirección, a pesar de su condición precaria y errante. Los caminos del retorno no son siempre claros ya que no se aferran al pasado sino la raíz siempre viva de la rebeldía para jugarse a la aventura de otro horizonte.